En estos meses que llevamos trabajando juntos hemos llegado a una conclusión, el consejo dermatológico debe ir unido a un buen diagnóstico, si no es dar palos de ciego. No hay dos pieles iguales, y por eso creemos que lo que se debe hacer es estudiar la hidratación, pigmentación, elasticidad, arrugas, cuero cabelludo… , es decir todo lo que podamos estudiar, en función de los medios que tengamos a nuestra disposición, para así poder individualizar al máximo diagnóstico y tratamiento.

Una vez con estos datos dispondremos de criterio para instaurar o recomendar, ahora sí, un tratamiento. Pero esto no debería quedar aquí, entendemos que es necesario un seguimiento para ver la idoneidad del tratamiento y los resultados obtenidos, para esto lo ideal es que seamos metódicos y rigurosos, paciente y profesional sanitario.

Si somos fieles a unas rutinas y tratamientos personalizados podemos conseguir unos excelentes resultados.